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Caléndula y manzanilla: Atraen abundancia, paz, amor y tranquilidad. La caléndula simboliza la pasión y la creatividad y el olíbano es un gran purificador natural.
Canela, anís y olíbano: Regidos por el sol, energía de vida, amor y transformación, crean un nuevo renacer de evolución y espiritualidad, aportando luz a nuestro camino interior y exterior.
Eucalipto, laurel y cedro: El eucalipto, el laurel y el cedro ayudan a la apertura de caminos y nuevas posibilidades. Sus propiedades refrescantes estimulan la atmósfera con auras de energía positiva, liberando destellos de luz, sanación, protección y purificación.
Incienso blanco: Gracias a su composición de resinas sagradas son ideales para realizar limpieza y purificación de ambientes y personas. Brindan paz y serenidad, siendo un ideal compañero de meditación, rituales y ceremonia.
Lavanda y olíbano: Ideales para realizar limpiezas profundas, generando armonía y conexión. Perfectos para momentos de meditación y relajación. Desde tiempos muy antiguos la Lavanda y el Incienso (Olíbano) son usados en rituales y ceremonias como protectores, purificadores y neutralizadores de energías.
Rosas y olíbano: manifiestan el amor en el hogar, en la familia y en la vida. Las rosas se han empleado durante mucho tiempo en mezclas de amor debido a su asociación con las emociones.
Salvia blanca: La salvia por su alto poder esotérico es ampliamente utilizada para atraer la sanación, protección espiritual, limpieza áurica y abundancia. El humo resultante de quemar sus hojas es empleado como purificador de ambientes, en especial en los establecimientos comerciales pues ayuda a generar paz y prosperidad económica.
